Viernes XXI del Tiempo Ordinario

Evangelio según san Mateo 25, 1 – 13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

 

A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.

 

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’.

 

Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

La parábola de hoy pone de relieve los mismos temas tratados en la anterior: el momento desconocido del retorno del Señor y la necesidad de vigilar y estar preparados. En vez del amo se espera aquí al esposo; en lugar del siervo fiel y el siervo malvado se habla aquí de cinco vírgenes sensatas y cinco necias. Parece incomprensible la reacción extremadamente severa y desproporcionada del esposo, la actitud poco caritativa de las vírgenes sensatas, etc. Sin embargo, el significado es claro, sobre todo si leemos esta parábola en el contexto de la comunidad primitiva en la que vivía Mateo, la fe es un regalo que debemos cuidar, proteger y acrecentar para alcanzar la salvación, en donde ambas (fe y salvación) son personales.

 

Toda la Iglesia espera expectante la venida del Señor, invocando con insistencia: “Maraná tha: ven, Señor”, pero es de necios no tener en cuenta que éste puede ‘retrasarse’. Cuando en el corazón de la noche se alza el grito: “Ya está ahí el esposo, salid a su encuentro” (v. 6), los cristianos tienen que encontrarse preparados, no con las manos vacías, sino con su lámpara alimentada con el aceite de la fe y las buenas obras realizadas con amor día tras día para entrar al banquete con su Señor (la salvación).

 

No basta con el simple hecho de ser creyentes para salvarse o ser bautizado o ir a Misa. “No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos” (Mt 7,21). Ojala y no nos pase lo que les sucedió a las vírgenes necias cuando llamaron a la puerta y gritaron: “Señor, Señor ábrenos” (v.11), ellas recibieron la terrible respuesta: “les aseguro que no las conozco” (v.12). Por eso debemos preparar nuestras lámparas y llenarlas con fe (Piedad), estudiando las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de Jesús, y con buenas obras (acción apostólica) para tener una vida de colores (llena de gracia y bendiciones).

 

¿Cómo estás preparando tu corazón para la venida del Señor?

 

La invitación de Jesús es clara: «Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora» (Mt 25,13). Vemos en esta parábola en particular que Cristo admite que hay una especie de sueño que nos envuelve a todos. Pero la diferencia entre unas y otras doncellas no está en que unas durmieron y otras no, sino cómo se dispusieron para la hora del banquete, es decir: cómo prepararon su despertar (la venida del novio).

 

Unas simplemente no prepararon su despertar: el cansancio, el hastío o la oscuridad de la noche les ganaron y ellas pasivamente se entregaron al sueño sin pensar qué podría suceder después. Las otras en cambio, aunque sintieran que la noche les podía vencer, hicieron acopio de aceite, de modo que al despertar pudieran contar con algo para vencer a la noche. Se trata de un asunto de conciencia y preparación: unas fueron conscientes de que podían dormirse, y tomaron medidas al respecto; otras sencillamente fueron descuidadas.

 

¿Cómo estas preparándote para la venida del Señor?

¿Eres descuidado(a) en las cosas más importantes para tu salvación?

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #103

 

El santo de la trivia del día de hoy fue religioso y Cardenal, Patrón de las embarazadas y parturientas. Nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España, en el año 1200. Recibió el sobrenombre de Non Natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz.

 

Con el permiso de su padre, el Santo ingresó en la Orden de los Mercedarios que acababa de fundarse. Progresó tan rápidamente en virtud, que dos o tres años después de profesar, sucedió al fundador, San Pedro Nolasco, en el cargo de «redentor o rescatador de cautivos».

 

El santo de la trivia del día de hoy enviado al norte de África con una suma considerable de dinero rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros, cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Lo trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el Santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el Santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos, y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos.

 

Al saberlo, el gobernador lo condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate, consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación.

 

El santo de la trivia del día de hoy  no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.

 

El Santo encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un sólo centavo para rescatar cautivos, y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Consciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se le azotase en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente.

 

Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó nuestro santo de la trivia del día de hoy ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su Orden a rescatarlo.

 

Él hubiera querido quedarse para asistir a los esclavos en África. Sin embargo, obedeció la orden de su Superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.

 

A su vuelta a España en 1239, fue nombrado Cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del Convento de Barcelona, ni su manera de vivir.

 

El Papa lo llamó más tarde a Roma y éste obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde lo sorprendió una violenta fiebre que lo llevó a la tumba. Murió a los treinta y seis años, el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la Capilla de San Nicolas de Portell. El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657.

 

Nuestro santo de la trivia del último día del mes de agosto es el Patrono de las parturientas y las parteras, debido a las circunstancias de su nacimiento.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

Padre Enrique Garcia

Jueves XXI del Tiempo Ordinario

Evangelio según san Mateo 24, 42-51

Jesús dijo a sus discípulos:
«¡estén en vela!
Porque no saben qué día vendrá su Señor.
Asegúrese de esto:
si el dueño de la casa
supiera la hora de la noche, cuando el ladrón habría de venir,
él estaría en vela
y no dejaría que entrara en su casa.
Así, ustedes también deben estar preparados,
porque a la hora que no lo esperen, el Hijo del Hombre vendrá.
«¿Quién, entonces, es el siervo fiel y prudente,
a quien el amo ha puesto a cargo de su casa
para distribuirles su comida a su debido tiempo?
Dichoso aquel siervo a quien su señor, a su llegada lo encuentre haciéndolo.
En verdad les digo que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.
Pero si ese siervo malvado se dice a sí mismo, ‘Mi señor tarda mucho,’
y comienza a golpear a sus consiervos,
y come y bebe con los borrachos,
el amo del siervo vendrá en un día inesperado
y en una hora desconocida y lo castigará severamente
y le asignará un lugar con los hipócritas,
allí será el llanto y el crujir de dientes».

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

Pablo ha estado año y medio en Corinto, ha vivido allí un período de intensa actividad evangelizadora, conoce bien las luces y las sombras, los recursos y los problemas de esta comunidad, a la que está ligado por un afecto profundo. El fragmento que hemos leído hoy (1 Cor 1, 1-9) es el comienzo de la primera carta que dirigió a la comunidad, provocada por ciertas noticias, preocupantes y por ciertas preguntas que le habían sometido a su juicio. Siguiendo el esquema epistolar usual, se ponen de relieve en el preámbulo las relaciones que existen entre el remitente y el destinatario. Aquí se presenta Pablo a sí mismo como “apóstol”, es decir, “enviado” (ver versículo 1), y subraya que esta identidad suya le viene de Dios a través de una llamada expresa. Esta autoconciencia de Pablo es firme y segura, y la manifiesta en casi todas sus cartas porque es Dios quien lo ha escogido y llamado para cumplir esta misión. Densos de sentido teológico son asimismo los títulos de la comunidad. “La iglesia de Dios que está en Corinto” o “A todos ustedes, a quienes Dios santificó en Cristo Jesús y que son su pueblo santo” (v.2) indica que toda comunidad local, aunque tenga unos fundadores humanos, es obra de Dios. Los miembros de las comunidades locales, en comunión con la Iglesia universal, presente en todo el mundo, han sido santificados por Jesús y están en una continua tensión hacia la santidad plena, que se puede llevar a cabo a través de diferentes formas de vida.

 

En la acción de gracias, común en sus cartas, Pablo deja aparecer un claro entusiasmo por la riqueza de los dones otorgados a los corintios (vv. 4ss). De estos dones hablará, después, de una manera explícita en los capítulos 12-14. Menciona, en particular, los dones de la “Palabra” y del “conocimiento”, que eran los más estimados y buscados por los corintios. Sin embargo, a pesar de haber sido bendecidos con tanta gracia divina, los corintios no deben considerar que ya han llegado a la meta y son perfectos, sino que se deben considerar como gente en camino hacia la manifestación plena de la gloria del Señor. De allí la recomendación de permanecer firmes en la fe, fiándose de la fidelidad de Dios.
El Salmo Responsorial de hoy es tomado del Salmo 144, 2-3. 4-5. 6-7 y el estribillo es (cf. 1b) “Siempre, Señor, bendeciré tu nombre.”  La persona que es miembro de la Iglesia y es Dios quien lo ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, un día tras otro bendecirá el nombre del Señor y no cesará su boca de alabarle. Porque en su corazón lleva el amor de Dios y quiere expresarlo a través de todo su ser.

 

Este pasaje se encuentra situado, en el marco redaccional de Mateo, en el último gran discurso de Jesús: el “Discurso escatológico o del Final de los Tiempos”  (capítulos 24 y 25), dominado por la descripción de las tribulaciones de Jerusalén y de las persecuciones por las que pasa la Iglesia, por el anuncio de la crisis cósmica que precederá al final y por la consecuente necesidad de vigilancia. El objetivo del discurso no es provocar miedo; al contrario, pretende animar a los discípulos del Señor. La historia no tiene sólo un final, sino una consumación; el mundo no camina hacia las catástrofes, aunque las habrá, sino que se abre a una nueva belleza. Pablo dirá que la vida humana es toda ella un trabajo de parto para alumbrar la nueva creación (cf. Rom 8 19ss).

 

Desde esta perspectiva, Jesús exhorta a la vigilancia en la espera e ilustra este tema con cuatro parábolas, la primera de las cuales es la que hemos leído. “Velen”, “estén preparados”: éstas son las palabras claves. En efecto, si bien es cierta la venida del Señor, el momento no lo sabemos, solamente el Padre celestial. La imagen del ‘ladrón’ (v.43) da viveza al sentido de imprevisto: era una imagen muy conocida en la Iglesia primitiva y aparece también en el pensamiento de Pablo (ver 1 Tes 5, 2-4). No es sólo el amo el que debe de velar la casa; también han de hacerlo los criados que aman al amo y a la casa porque es su hogar donde viven. El siervo ‘fiel sensato’ (v. 45) hace las veces del amo, se encuentra amoroso con los compañeros y responsable en las tareas que le han sido confiadas. Hace lo contrario que el criado malo, que, al ver que no llega el amo, se aprovecha para dar rienda suelta a sus placeres desenfrenados, se pone a hacer de amo derrochando los bienes y maltratando a sus compañeros. Es de esperar que el final de estos dos criados sea muy diferente.

 

Escuchamos en las noticias o a través de nuestros amigos o las redes sociales que cada día se nos adelantan algunas personas hacia la otra vida. Pero esto no debe de quitarnos nuestra paz porque el Señor nos impulsa en la lectura del pasaje del Evangelio de hoy a “¡estar en vela!” Es decir,  ¡Tenemos que estar listos para ese momento! Muchas de las veces no nos gusta pensar en ello, debido a que el ajetreo de la vida nos consume y nos enfocamos en nuestros trabajos, pagar  las deudas, hacer las tareas de la casa, actividades deportivas, estudios, trabajos, etc. Vivimos una vida muy acelerada y pocas veces pensamos que estamos de paso por este mundo, que somos peregrinos y vamos a ir a la vida eterna. ¿Cuánto tiempo invertimos en nuestra relación con Jesús y preparándonos para la eternidad?

 

Antes de entrar al seminario conocí a los Salesianos, que son religiosos (sacerdotes y hermanos) fundados por San Juan Bosco con el carisma de formar a los jóvenes, con ellos jugaba fútbol en Coacalco, Estado de México. Aprendí y reflexione sobre cosas muy importantes para la vida, una de ellas es si estamos listos para ir a la presencia del Señor hoy. A la edad de 16 años pensaba que iba a vivir muchos años. Posponía para el día siguiente mi relación con Dios,  reconciliarme con Él y con mi prójimo. Allí aprendí que el Señor vendrá por nosotros como un ladrón en la noche y no sabemos ni el día ni la hora. Por eso “Prepárate hoy”.

 

Me dijeron “Si te quedaran sólo seis meses de vida, ¿Qué harías? O mejor aún, si te dijeran que hoy es tu último día, ¿cómo lo pasarías? Entonces, me di cuenta que no tenemos la vida comprada y desperdiciaba mucho tiempo en cosas que no valían la pena. A partir de entonces, intento vivir mi día al máximo, vivir una vida intensa y plena, disfrutar mi tiempo con mi familia y amigos. Les digo desde el corazón lo mucho que significan para mí. Comparto todo lo que Dios me ha dado, especialmente mi fe y mi vida para el servicio de Dios y salvación de los demás. Los animo a preparar sus vidas para que así ellos estén listos para encontrarse con Jesús cuando Él venga por ellos. Trato de vivir mi vida a tope, al máximo, como si hoy fuera mi último día. Y podría serlo. Sólo Dios lo sabe.  ¿Imagínate cuánto más amor y paz habría en tu vida si vivieras todos los días al máximo? Vive hoy en plenitud y no dejes para mañana nada. ¿Estás listo para encontrarte con Jesús hoy? Si no, ¿qué debes cambiar?

 

Cuando mi obispo me ordenó sacerdote en mi primer Misa me dijo: «Celebra esta Misa como si fuera tu primera Misa, la última y la única.» Y eso lo he aplicado para «Vivir este día como si fuera mi primer día, el último y el único.» ¿Cómo pasarías este día si fuera tu último día en la tierra? ¿Con quién necesitas reconciliarte?

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #102

Nació en Zudaire, Navarra, en 1548. Con el ideal de entregar su vida a Dios al modo de San Francisco Javier, entra en la Compañía de Jesús a sus 19 años de edad en el otoño de 1567, en el Noviciado de Villarejo de Fuentes, Cuenca.

 

«Es sastre, tiene fuerzas y desea aprovecharse en la perfección», manifiesta un informe de sus Superiores. Terminada la formación en Alcalá de Henares y en Cuenca, pasa al Colegio de Plasencia, Cáceres, donde es destinado a la misión del Brasil.

 

«Yo voy contento, porque tengo que ser Mártir», comunica a su director espiritual después de unos ejercicios espirituales. «Se portaba con tanta sinceridad y pureza de vida, que era muy amado por todos», constata la historia de la provincia de Toledo.

 

El 15 de julio de 1570, a disparo de arcabuz y golpe de pica y espada, cuatro navíos y un galeón enemigos de la fe católica y del ideal misionero que llevaba al Brasil a cuarenta jesuitas en la nave Santiago, ornarían para siempre en sangre martirial, cuarenta palmas misioneras. Son los Mártires del Brasil. Con su crucifijo al frente, el Beato había sido escogido entre otros por el Beato Ignacio de Acevedo, su Superior, para que animara estratégicamente en aquellos momentos.

 

Pero con el cuerpo abierto a punta de espada en el pecho y junto al cuello, es arrojado vivo al mar. Sus labios, jubilosamente, vibran hacia el Cielo con un Te Deum de agradecimiento a Dios por el martirio.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

 

Miércoles XXI Tiempo Ordinario – Memoria: Martirio de San Juan Bautista

Evangelio según san Marcos 6, 17 – 29

En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: «No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano». Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

 

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

 

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: «Pídeme lo que quieras y yo te lo daré». Y le juró varias veces: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».

 

Ella fue a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» Su madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: «Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista».

 

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

 

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

Hoy celebramos el martirio de Juan el Bautista y es un día muy oportuno para reflexionar juntos sobre el sentido y la grandeza del martirio cristiano. Martirio significa etimológicamente [testimonio / testigo], no se conocía antes del cristianismo. Por muy grandes que hayan sido los filósofos de Grecia o los Emperadores Romanos,  no ningún mártir en la historia de la filosofía o de Roma. «Nadie -escribe San Justino- creyó en Sócrates hasta el extremo de dar la vida por su doctrina» (II Apología 10). Tampoco el paganismo tuvo mártires. Nunca hubo nadie que, con sufrimientos y muerte voluntariamente aceptados, diera testimonio de la verdad de las religiones paganas. Los cultos paganos, a lo más, produjeron fanáticos, como los galos, que se hacían incisiones en los brazos y hasta se mutilaban lamentablemente en honor de Cibeles. El entusiasmo religioso pudo llevar en ocasiones al suicidio, como entre aquellos de la India que, buscando ser aplastados por su ídolo, se arrojaban bajo las ruedas de su carro. Pero éstos y otros arrebatos religiosos salvajes nada tienen que ver con la afirmación inquebrantable, reflexiva, razonada de un hecho o de una doctrina hasta dar la vida.

 

Sin duda alguna, el martirio quedó ya esbozado en el Antiguo Testamento, en figuras admirables, como las de los tres jóvenes castigados en Babilonia a la hoguera, Daniel en el foso de los leones, los siete hermanos Macabeos, inmolados con su madre… ¿Cuál es la diferencia entonces con el Nuevo Testamento? El judío se dejaba matar antes que romper su fidelidad a la Ley o religión que era privilegio de su raza, mientras que el cristiano acepta morir para probar su amor a la Persona de Jesucristo, hacer que todos los hombres y todos los pueblos lo conozcan, lo amen y lo sirvan con toda su vida como testigos de su amor.

 

Y ése es, precisamente, el significado de la palabra mártir: testigo, que afirma un testimonio de máxima certeza, dando su propia vida por aquello que afirma. La palabra misma, con toda la fuerza de su significación, no se halla antes del cristianismo; tampoco en el Antiguo Testamento. Es preciso llegar a Jesucristo para encontrar el pensamiento, la voluntad declarada de hacer de los hombres testigos.

 

Jesús dijo: «Ustedes  serán testigos (mártires) de estas cosas» (Lc 24, 48). Más aún: «Ustedes serán mis testigos en Jerusalén, Judea y Samaría, hasta los últimos confines de la tierra» (Hch 1,8). Y los Apóstoles aceptan esta misión con todas sus consecuencias hasta dar su vida.

 

Así San Pedro, para sustituir a Judas, el traidor, dice: «Es necesario que entre los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió con nosotros… haya uno que con nosotros sea testigo de la resurrección.» (Hch 1, 22). Y en su primer discurso después de Pentecostés: «Dios ha resucitado a Jesucristo, y de ello somos testigos todos nosotros.» (2,32). Y con Juan, ante el Sanedrín: «Nosotros somos testigos de estas cosas… y con nosotros el Espíritu Santo que Dios ha dado a todos aquellos que le obedecen» (5,32.41). Otra vez, después de azotados, salen del Consejo «felices de haber sido hallados dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús.» (5,41). Y al fin de su vida, escribiendo a las iglesias de Asia, Pedro persiste en el mismo lenguaje: «Yo exhorto a los ancianos que hay entre ustedes, yo que también soy anciano y testigo de los padecimientos de Cristo»… (1Pe 5,1).

 

Así pues, el significado primero de la palabra mártir es el de testigos oculares de la vida, de la muerte y de la resurrección de Cristo, encargados de afirmar ante el mundo estos hechos con su palabra. Desde el primer día este testimonio se dio en el sufrimiento y, como hemos visto, en la alegría de padecer por Cristo. Enseguida, después de estas primeras pruebas, vino el sacrificio de la misma vida, como testimonio supremo de la palabra.

 

Ya Jesucristo lo había predicho a los Apóstoles: «Serán entregados a los tribunales, y azotados con varas en las sinagogas, y comparecerán ante los gobernadores y reyes por mi causa, y así serán mis testigos en medio de ellos» (Mc 13,9; +Mt 10,17-18; Lc 21,12-13).

 

Al mismo tiempo, les asegura su asistencia: «Cuando los hagan comparecer ante los jueces, no se preocupen de lo que habrán de decir, sino digan lo que en aquel momento les será dado, porque no son ustedes los que tienen que hablar, sino el Espíritu Santo… El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre al hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los harán morir; y ustedes serán odiados por todos a causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin se salvará» (Mc 13,11-13; +Mt 10,19-20; Lc 12,11-12; 16-17).

 

Cuando los cristianos pudieron comprender por los acontecimientos la fuerza de estas palabras de su Maestro, se consideró la muerte gloriosa de sus más antiguos y fieles discípulos como el coronamiento de su testimonio. Desde entonces, muerte y testimonio quedaron entre sí definitivamente asociados.

 

Antes, pues, de finalizar la edad apostólica, la palabra mártir adquiere ya su significado preciso y claro, y se aplicará a aquel que no solo de palabra, sino también con su sangre, ha confesado a Jesucristo. Pero ya en ese mismo tiempo se extiende también su significado a quienes podrían decirse testigos de segundo grado, a aquellos «bienaventurados que creyeron sin haber visto» (Jn 20,29), y que, habiendo creído así, testificaron su fe con su sangre.

 

San Juan, concretamente, a fines del siglo I, emplea la palabra mártir en dos ocasiones con este sentido. En el mensaje que dirige a la iglesia de Pérgamo, hablando en el nombre del Señor, menciona a «Antipas, mi fiel testigo, que ha sido entregado a la muerte entre vosotros, allí donde Satanás habita» (Ap 2,13). Alude a un cristiano martirizado por los paganos en tiempos de Nerón. Y en otro pasaje, cuando se alza ante el apóstol vidente el quinto sello del libro misterioso, alcanza a ver «debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y del testimonio que habían dado» (6,9).

 

Y no será la primera generación cristiana de creyentes la única en dar este testimonio. La historia de los mártires no había hecho entonces sino comenzar.

 

Durante tres siglos esta historia continuará en las regiones sometidas al Imperio Romano. Más aún, cuando a comienzos del siglo IV un emperador [Constantino] establezca la paz religiosa, no habrá terminado con eso para el cristianismo la era sangrienta. Otras regiones, otros pueblos «sentados a la sombra de la muerte» (Lc 1,79), ofrecerán cada día nuevos campos para el apostolado y el martirio. Los Anales de la Propagación de la Fe serán continuación natural de las Actas de los Mártires.

 

Pero cuando éstas se cierran, en tiempos de Constantino, el cristianismo ha conquistado ya pacíficamente toda la cuenca del Mediterráneo gobernada por el espíritu de Grecia y por las leyes de Roma. Mientras tanto, la sangre de los mártires no habrá sido derramada ocasionalmente o gota a gota: habrá corrido en torrentes durante persecuciones numerosas, metódicas, encarnizadas. El edicto de paz fue, pues, la confesión solemne de la impotencia de la soberanía pagana contra el cristianismo. La historia de los mártires, del siglo I al IV, forma, por tanto, un todo completo y suficiente, fecundo en conclusiones, y que será el objeto de nuestro estudio.

 

El martirio siguió naturalmente la ruta del cristianismo. Sólo hubo mártires allí donde habían llegado los misioneros. Por eso, antes de presentar a los cristianos que murieron por su fe, es preciso conocer cuáles eran las regiones donde había cristianos. Una rápida mirada a la historia de la Iglesia primitiva nos muestra mártires en casi todas las regiones. Parece como si el cristianismo se hubiera extendido por todo el mundo de repente. Y esta impresión es verdadera, al menos en parte; pero hay que precisarla más.

 

El mismo Señor asegura que «es necesario primero que el Evangelio sea predicado a todas las naciones» (Mc 13,10). Porque entre predicación y martirio hay relación de causa y efecto.

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #101

 

Fue el último Profeta y primero en reconocer a Cristo, dio la vida por su misión y por ser fiel a la Verdad. De ahí que sea venerado en la Iglesia como Mártir. Hoy celebramos su martirio. Se celebraba ya en Francia en el siglo V y en Roma en el siglo VI, está vinculada a la dedicación de la Iglesia construida en Sebaste en la Samaria en el supuesto túmulo del Precursor de Cristo.

 

Tenemos sobre el Santo las narraciones de los Evangelios, en particular la de Lucas. En ellas habla de su nacimiento, de la vida en el desierto y de su predicación. La de Marcos, se refiere a su muerte.

 

Negó categóricamente ser el Mesías esperado, afirmando la superioridad de Jesús, que apuntó a sus seguidores por ocasión del bautismo en las orillas del Río Jordán. Su figura parece deshacerse en la medida que va surgiendo «el más fuerte», Jesucristo.

 

Todavía, «el mayor de entre los Profetas», no cesó de hacer oír su voz donde fuese necesaria, para concertar los sinuosos caminos del mal. Reprobó públicamente el comportamiento pecaminoso de Herodes Antipas y de su cuñada Herodías.

 

Mas la previsible susceptibilidad de él, le costó la dura prisión en Maqueronte en la orilla oriental del Mar Muerto. Por ocasión de la fiesta celebrada en este lugar, la hija de Herodías, Salomé, habiendo dado verdadero show de agilidad en la danza, entusiasmó a Herodes. Como premio, pidió por instigación de la madre, la cabeza del santo de la trivia del día de hoy.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

Martes XXI Tiempo Ordinario – Memoria de San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia.

Evangelio según san Mateo 23, 23 – 26

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!

 

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

La primera lectura de hoy (2 Tes 2, 1-3. 14-17) nos muestra que es indudable que la primera predicación cristiana insistía con mucha fuerza y con mucho entusiasmo en el pronto retorno de Cristo como Señor del Universo. Entendían estos cristianos que la proclamación de la victoria del Resucitado no es sencillamente el comienzo de un nuevo orden visible, como si un genio del derecho se pusiera a reorganizar la sociedad o como si un brillante filósofo nos diera las claves de una vida feliz. La noticia de la Resurrección es más bien la declaración del breve tiempo que resta antes de que todo lo visible comparezca ante Cristo, ya no como Salvador sino como Juez de todo.

 

Con ese contexto comprendemos que una cierta prisa de amor llevaba a algunos de los primeros cristianos a anhelar el retorno de Jesucristo con tal intensidad que ciertas señales de su tiempo les parecían ya los preliminares de la gran manifestación del Señor. Las cosas llegaron al extremo de crear cierto nerviosismo o expresiones de fanatismo en algunos que vivían demasiado atentos a cualquier mensaje o profecía que fuera en la dirección de sus deseos. Pablo, que como creyente tanto anhelaba el retorno de Jesús, se vio en el deber de sosegar los ánimos, como vemos en la primera lectura de hoy.

 

Aprendemos de estos hechos que el amor no puede adormecerse con mediocridad pero tampoco puede exaltarse con nerviosismo. Nuestra esperanza es grande y, por grande, serena, llena de esperanza y confianza en Jesús.

 

Los versículos que ayer y hoy hemos encontrado en el evangelio tienen una impresionante carga de indignación y de reprensión. En pocos lugares del Nuevo Testamento encontramos a Cristo tan indignado y tan acerado en sus palabras como en este capítulo 23 de san Mateo.

 

Hay razón, desde luego, para ese enojo, y, puesto que toda palabra de Cristo es enseñanza para sus discípulos, por ello aprendamos hermanos del Señor. La razón fundamental es la hipocresía porque nos hace inhábiles para la conversión. Además, la mentira que nos ciega a nuestros males igualmente nos ciega a los bienes ajenos. El resultado es que quien no reconoce su daño se afianza en él y daña a los demás.

 

Entendemos así que Jesucristo quiere erradicar del mundo la hipocresía por amor a quienes la practican y por compasión con quienes la padecen.

 

¿Tus intenciones, palabras, pensamientos y acciones son sinceras y de acuerdo a Jesús?   ¿Te preocupas por limpiar primero tu alma y para que quede también limpio todo tu ser  por fuera?

 

¡Señor, ayudame a ser sincero contigo y conmigo mismo. No permiteas que la falsedad y la hipocresia reinen en mi corazón. Dame la fuerza para dejar que la luz de tu Santo Espíritu penetre todo mi ser con tu gracia a través de Tu Palabra, de los Sacramentos, especialmente la confesión y tu Santa Eucaristía para que mis acciones correspondan con mi fe puesta en ti. Madre Santísima de Guadalupe, guiame hacia tu Hijo y enseñame a amarlo como lo amas Tú!

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #100

 

El santo de la trivia del día de hoy nació el 13 de noviembre del 354 en Tagaste al norte de África. Su padre era Patricio, quien era un pagano de temperamento violento. Pero gracias al ejemplo de Mónica, su esposa, se bautizó poco antes de morir.

 

Aunque nuestro santo de hoy ingresó en el catecumenado desde la infancia, no recibió el bautismo de acuerdo con las costumbres de la época. En su juventud se dejó arrastrar por los malos ejemplos, y hasta los 32 años de edad, llevó una vida licenciosa, aferrado a la herejía maniquea.

 

De ello habla en sus «Confesiones», que comprenden la descripción de su conversión y la muerte de Mónica, su madre. Dicha obra fue escrita para mostrar la misericordia de Dios hacia un gran pecador, que por esta gracia, llegó a ser también y en mayor medida, un gran Santo. Les recomiendo que si tienen la oportunidad de leer «Las Confesiones» lo hagan son una de las grandes obras maestras de la literarura espiritual.

 

Mónica había enseñado a orar a su hijo desde niño y le había instruido en la fe, de modo que el mismo santo de la trivia del día de hoy, que cayó gravemente enfermo, pidió que le fuese conferido el bautismo. Su madre hizo todos los preparativos para que le fuera dado, pero la salud del joven mejoró y se le difirió.

 

El Santo condenó más tarde con mucha razón, la costumbre de diferir el bautismo por miedo de pecar después de haberlo recibido.

 

A raíz del saqueo de Roma por Alarico en el año 410, los paganos renovaron sus ataques contra el cristianismo, atribuyéndole todas las calamidades del Imperio.

 

Para responder a esos ataques, el santo de la trivia del día de hoy escribió su gran obra, «La Ciudad de Dios». Esta obra es, después de «Las Confesiones», la más conocida del Santo. Ella es no sólo una respuesta a los paganos, sino trata toda una filosofía de la historia providencial del mundo.

 

Luego de «Las Confesiones» escribió también «Las Retractaciones», donde expuso con la misma sinceridad los errores que había cometido en sus juicios.

 

Murió el 28 de agosto del año 430 a los 72 años de edad, de los cuales había pasado casi 40 años consagrado al servicio de Dios.

 

Fue el hombre preciso para un momento preciso. Ante sus ojos se desmoronaba el Imperio Romano, al que culturalmente él mismo pertenecía. Ante los ojos de su alma se desplegaba a la vez un nuevo modo de existencia humana, iluminada no por las historias fabulosas de la mitología antigua, ni por el enorme esfuerzo de la razón filosófica sola. Esa nueva manera de ser y esa nueva manera de esperar del futuro se llama la fe cristiana.

 

Especialmente en su obra La Ciudad de Dios Agustín hace el contraste–a veces doloroso, siempre dramático–entre esos dos mundos, el de la grandeza humana, ejemplificada en Roma que se derrumba, y el de la humildad divina, ejemplificada en Cristo y en sus mártires. A precio de inmolar sus propios sueños de otro tiempo en su juventud, su elección no conoce duda: la fastuosidad clásica impresiona, pero no es menos fugaz que el placer o el ansia de poder.

 

A nuestro santo de la trivia del día de hoy también se le conoce como “El Doctor de la Gracia”. Elegir al profeta de Nazaret por encima de la sensatez augusta de un Cicerón o de un Séneca no fue fácil para Agustín, que, como es sabido, tuvo amplios devaneos tanto en lo intelectual como en lo sentimental. Su búsqueda apasionada de la verdad, tan larga y en cierto sentido dolorosa, lo convenció también de cómo es fácil extraviarse, y por consiguiente, de cuánta conmiseración hay que tener con todos los que buscan.

 

Encontrar al Dios vivo no puede considerarse entonces una proeza del talento humano sino más bien una condescendencia de la compasión divina.

 

Este pensamiento conmovió de tal manera a Agustín  que en cierto sentido se convirtió en el centro de su doctrina y su predicación. Por eso se le llama «Doctor–o sea, Maestro–de la Gracia.» Gracia es aquí de la misma raíz que «gratis;» es la misma idea de «regalo,» algo que no puedes calcular con tu mente ni alcanzar con tu dinero o esfuerzo pero que cuando llega, da alegría y es irreemplazable.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

 

Lunes XXI del Tiempo Ordinario – Memoria de Santa Mónica Patrona de las mujeres casadas y modelo de las madres cristianas.

Evangelio según san Mateo 23, 13 – 22

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.

 

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto, y cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!

 

¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

La primera lectura de hoy, tomada del comienzo de la Segunda Carta de San Pablo a los fieles de Tesalónica, es un precioso testimonio de las relaciones de fe y amor que sirvieron de contexto en el nacimiento de las primeras comunidades cristianas. Examinemos un poco qué aparece ahí porque estas palabras no son puras fórmulas de cortesía.

 

Comenta Santo Tomás de Aquino que los deseos de «gracia» y «paz» que escribe el apóstol son como el resumen de toda la vida espiritual, porque todo empieza en la gracia y todo culmina en el don estimable de la paz. El deseo de gracia nos recuerda que todo ha llegado como un regalo para nosotros, porque su precio fue pagado con amor en la Cruz; el deseo de paz nos recuerda que ningún bien falta a los que acogen ese amor en sus vidas.

 

Pablo por una parte reconoce el camino recorrido, pues escribe: «nos mostramos orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y tribulaciones que están sufriendo.» Sin embargo, no considera concluida su tarea de apóstol ni les hace creer a ellos que ya están en la plenitud del Reino, sino que los invita a crecer y prosperar: «Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que han formado.» Sus palabras, pues, se dirigen al presente de una comunidad que tiene un fundamento que viene del pasado y que se abre a una perspectiva de futuro.

 

Queda claro entonces que los cristianos somos peregrinos. Hay una consumación a la que aquí se alude discretamente pero que ocupará más espacio en el cuerpo de esta misma Carta. Pablo escribe, en efecto: «En el justo juicio de Dios, (ustedes) serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora padecen.» Brillan así la fe como cimiento que viene del pasado, el amor como norma del presente y la esperanza como horizonte de futuro.

 

El evangelio de hoy, por su parte, tiene un tono muy fuerte: son palabras de Jesús que desenmascaran las pretensiones de autoridad de dos grupos fuertes e influyentes de la sociedad judía de su tiempo: los escribas y los fariseos. Los escribas se ufanaban de conocer en profundidad la Escritura y los fariseos tenían su orgullo en practicar mejor que nadie los preceptos allí descritos.

 

La palabra clave de toda la invectiva de Nuestro Señor es «hipócritas”. Los fariseos y los escribas no son como parecen, no son como se muestran, no son como quieren ser vistos, no son como lo que enseñan: están rotos y su virtud es pura fachada. Seguirlos es volverse como ellos y eso implica perder la capacidad de gozarse en la Buena Nueva de salvación.

 

Esto es importante destacarlo: si Jesús denuncia a los escribas y fariseos no es por buscar la importancia o la fama o el poder que ellos detentan. No los fustiga por el hecho de ser pecadores sino porque su pecado los hace ciegos para ver el anuncio de gracia que trae el mismo Jesús. Además, su orgullo vano no sólo los paraliza a ellos sino que los convierte en obstáculo para que otros crean.

 

Esta reflexión nos ayuda a entrar un poco en la intención de Jesucristo: no es denunciar por el gusto de hacerlo, ni por hacer alarde de independencia o por ganar multitudes a su favor. Cristo denuncia porque ama. Es el amor que tiene a sus enemigos lo que lo mueve a quitar con vigor inusitado los obstáculos que no se van a quitar de otro modo. Y esos obstáculos son ante todo la soberbia, la mentira y el desprecio a los pequeños. De todo esto aprendemos cuánto detesta Dios estas faltas y cuánto hemos de evitarlas para recibir con gozo y gratitud el don que él nos ofrece.

 

Ademas hoy celebramos la memoria de santa Mónica, a quien asociamos con su hijo, el muy famoso san Agustín de Hipona. Si es verdad que «por sus frutos los conoceréis,» como dijo Jesucristo, entonces ya conocemos bastante de Mónica a través de su preclaro hijo.

 

Pero Agustín fue, por decirlo así, dado a luz dos veces. Una, al nacer para este mundo; otra, al nacer para la fe cristiana. Mónica le dio a luz para esta tierra con los dolores de su parto; lo dio a luz para la fe con los dolores de su alma, a menudo fuente de un llanto sincero y profundo.

 

De Mónica aprendemos también que el proceso de ganar almas entraña un doble diálogo. Hay que hablarle a la gente sobre Dios, pero aún más importante es hablarle a Dios sobre la gente. Es Él y solamente Él quien tiene poder en los corazones, y por eso no hemos de sobrestimar la fuerza de las razones, aunque sean válidas.

 

El doble diálogo empezó en realidad con el nacimiento mismo de la Iglesia. Dios envía a sus apóstoles y junto con ellos envía el Espíritu Santo. La voz de ellos, en lo exterior, y la voz del Espíritu, que convence por dentro, son las dos voces, son el doble diálogo que no sólo ganas almas sino que las hace miembros vivos del Cuerpo de Cristo.

 

Agustín cuenta en sus Confesiones de uno de sus últimos diálogos con su mamá, Mónica. Lo que brilla en esa conversación es que el centro de la vida de ella no era él sino Dios. Parece algo trivial pero no lo es: muchos creen que Mónica sólo vivía para su hijo y en torno a su hijo, y no era así. Si pudo hacerle tanto bien al hijo es porque amaba más a Dios. Anhelo de eternidad es sello muy propio de las almas así enamoradas de Dios. No es que el mundo no valga, sino que su valor pasa a segundo plano en cuanto la fuente de todo valor, que es Dios, se muestra como contenido mismo de la bienaventuranza que no acaba.

 

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #99

 

La santa de la trivia del día de hoy fue mamá de San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia, Dios se valió para darle a éste el don de la fe.

 

Agustín tenía 17 años y estudiaba retórica. Dos años más tarde, ella tuvo la pena de saber que su hijo llevaba una vida disoluta y había abrazado la herejía maniquea.

 

Por esta razón y como manera de motivarlo al arrepentimiento, ella le cerró las puertas de su casa durante algún tiempo. Una visión hizo a la Santa tratar menos severamente a Agustín.

 

Soñó que se hallaba en el bosque llorando la caída de Agustín, cuando se le acercó un personaje resplandeciente que le preguntó la causa de su pena. Éste, después de escucharla y secarle las lágrimas, le dijo: «Tu hijo está contigo».

 

Cuando la santa de la trivia del día de hoy contó a Agustín el sueño, el joven respondió que ella no tenía más que renunciar al cristianismo para estar con él. Pero la Santa contestó: «No se me dijo que yo estaba contigo, sino que tú estabas conmigo».

 

El gran Obispo San Ambrosio, quien se había hecho muy amigo de Agustín y su madre, tuvo también un papel muy importante en la conversión del futuro Santo.

 

Finalmente, en agosto del año 386, Agustín anunció su completa conversión al catolicismo. El Santo ha dejado en sus «Confesiones» algunas de las conversaciones espirituales y filosóficas en que pasó el tiempo de preparación para el bautismo. San Ambrosio bautizó a Agustín en la Pascua del año 387.

 

Los fieles se encomiendan desde hace muchos siglos a las oraciones de la santa de la trivia del día de hoy, ya que ésta es Patrona de las mujeres casadas y modelo de las madres cristianas, especialmente de las que tienen un hijo rebelde o difícil.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

XXI Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo B

Evangelio según san Juan 6, 55. 60 – 69

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida». Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: «Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?»

 

Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen». (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».

 

Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También ustedes quieren dejarme?» Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

¿Crees en la presencia real de Jesús en la Eucaristía? Hoy llegamos al clímax de la historia en Juan 6 en la que Jesús les ha dicho algunas formas distintas que Su carne es verdadera comida y Su sangre verdadera bebida. Por supuesto, todos pensaron que estaba hablando de canibalismo.

 

Muchas personas comenzaron a seguir a Jesús porque habían visto algunos milagros y escuchado el poder de Su predicación. Sin embargo, Jesús no estaba tratando de ganar un concurso de popularidad. La perfecta voluntad del Padre, cumplida por Jesús, era ganar almas, mostrarles cuán cerca Él quería estar con Sus discípulos por toda la eternidad.

 

Muchos de los discípulos comenzaron a quejarse, “Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?” Muchas personas hoy en día dirían lo mismo. Jesús no retrocedió. “¿Esto los escandaliza?” En otras palabras, Jesús no minimizó la importancia de este momento. Pudo haber dicho, “Escuchen, sólo estoy hablando metafóricamente. Solo piensen en mí cuando coman este pan. Quédense conmigo; Realmente no quise decir lo que dije acerca de comer mi carne y beber mi sangre. “¡No! Jesús los dejó alejarse en su incredulidad y volvieron a su “antigua forma de vida”. Nosotros también nos alejamos de Jesús a menudo porque no creemos y volvemos a hacer las cosas de la forma antigua.

 

Después que los otros se fueron, Jesús miró a los Doce que permanecieron. Él no suavizó el mensaje con ellos tampoco. “¿También ustedes quieren dejarme?” En otras palabras, Jesús sabía lo difícil que era esta enseñanza y era esencial para seguirlo como discípulo cercano. ¿Hasta dónde estaban dispuestos a ir para confiar en Jesús? ¿Hasta dónde estoy dispuesto a ir para confiar en Jesús? Esto iba a ser esencial en mantener una relación profunda e íntima con Jesús. Pedro habla por los apóstoles y por nosotros, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

 

Pedro estaba convencido de que Jesús era el “Santo de Dios”. Una vez que estamos convencidos de este hecho, debemos estar dispuestos a ir a donde Él nos llama y creer lo que Él nos enseña.

 

Jesús quiere estar cerca de nosotros. Él nos envió Su Espíritu Santo y Él se entrega a nosotros en la Eucaristía. ¿Qué más podemos pedir? Jesús simplemente nos invita a creer en Él y en Sus promesas.

 

¿Creo en la presencia real de Jesús en la Eucaristía?

¿Cómo ha hecho una diferencia en mi vida la Eucaristía?

¿Me alejo de Jesús en la incredulidad?

¿Estoy convencido, como Pedro, de que Jesús es el Santo de Dios?

 

¡Señor Jesús, tú eres el Camino, la Verdad y la Vida! Nos has dado todo lo que necesitamos para crecer más cerca de ti: la Iglesia, los Sacramentos, tu gracia y misericordia. Una de las formas esenciales en que nos llamas a la intimidad contigo es a través de la Sagrada Eucaristía. Nos dijiste que no podríamos recibir la vida eterna si no comiéramos tu cuerpo y bebiéramos tu sangre. Agita en mi corazón el deseo para la Eucaristía, Señor. Lléname con tu Santa Presencia. Aumenta mi fe de que estás verdaderamente presente en el pan y el vino consagrados.

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #98 Santa

 

Nuestra santa de la Trivia del día de hoy nació el 9 de enero de 1843 en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa, y solicitó su admisión con las Clarisas de Briviesca, cerca de Burgos. Pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza, y se hizo terciaria carmelita.

 

En 1872 fundó la primera Casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada Superiora.

 

Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo Convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde en la casa madre de la Congregación de las Pequeñas Hermanas de los Ancianos Abandonados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales.

 

Santa Teresa aprendió con las Terciarias Carmelitas la devoción a la Santísima Virgen, con las clarisas, el amor a los pobres y en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina. La Santa solía decir: «No hay nada pequeño cuando se trata de la gloria de Dios».

 

Murió el 26 de agosto de 1897. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1958.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

 

 

 

Sábado XX del Tiempo Ordinario

Evangelio según san Mateo 23, 1 – 12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame «maestros».

 

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen «maestros», porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen «padre», porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar «guías», porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

La primera lectura (Ez 43, 1-7) pone en primer plano un concepto que es central en la profecía de Ezequiel: la gloria de Dios. Se trata de una realidad que es casi física: brilla, zumba, pesa. Su llegada es avasalladora, como la de la majestad llevada a su más alto grado. Es sobre todo como un recordatorio de la distancia infinita que separa nuestra contingencia de la solidez de Dios en su ser. Ante él se devela toda nuestra fragilidad, finitud, sordidez.

 

Recordemos que el profeta Ezequiel pertenece a familia sacerdotal y por eso tiene una sensibilidad delicada y honda cuando se trata del culto a Dios. Varios pasajes muestran su desaprobación, que raya en asco, cuando se trata de la vida hipócrita y comodona de los sacerdotes y los jefes, es decir, los «pastores» del pueblo de Dios y esto tiene relación con el pasaje del Evangelio del día de hoy.

 

Es natural entonces que conciba la restauración de la alianza como el acto supremo del culto, es decir, como el camino de dar la gloria a Dios de modo pleno, cumplido y sincero. Natural también que sienta que el templo es el sitio donde la gloria de Dios «habita» y desde el cual «reina.» Esto es interesante notarlo porque a veces se cree que los profetas oponían de manera absoluta el culto y la justicia, como si una condición para practicar la justicia fuera olvidarse o menospreciar el culto. Ezequiel muestra que desde una sensibilidad litúrgica y cultica muy profunda brota un mensaje de fuerza impetuosa para renovar la vida entera del pueblo de Dios.

 

El Evangelio del día  es una lectura muy difícil hoy  en día para los líderes de la Iglesia, ya que nos presenta en labios de Jesús lo que no es un maestro, es decir, cómo es que NO se sirve a Dios. Los  escribas y los fariseos, según Jesús, no estaban en el ministerio para construir el Reino de Dios. Ellos hicieron muchas cosas para su propio beneficio. Ellos les pidieron a otras personas hacer cosas que no harían ellos mismos. Ellos buscaron lugares de honor.  Esta enseñanza es especialmente útil para quienes tienen o tenemos un servicio de predicación o pastoreo en medio del pueblo de Dios: ya el Señor nos muestra bien qué es lo que él detesta y por qué lo rechaza.

 

Jesús con su ejemplo y entrega en la cruz vino a cambiar la forma que los líderes deben comportarse y servir al Pueblo de Dios. Él nos mostró que la manera de dirigir, es ser un servidor de todos porque vino a servir y no a ser servido, a buscar el último lugar de honor en las fiestas, a ser humildes y dar más que recibir. Él nos dijo que nuestras acciones llenas de amor  hablarían  más fuerte que nuestras mismas palabras.

 

A veces puede parecer desalentador al escuchar en las noticias como los líderes de la Iglesia que han pecado gravemente y lastimado no solamente a las personas, sino familias enteras y especialmente a Cristo y a su Iglesia, los aliento a que no pierdan la esperanza y pongamos nuestra atención en Cristo que siempre puede vencer todo mal. Sepan que el 97% o más de sus sacerdotes y obispos son hombres maravillosos que están entregando sus vidas por Cristo. Es horrible que esto haya sucedido, pero podemos ver que el diablo está tratando de destruir la Iglesia que Cristo construyó. Es tiempo de  que cada uno de nosotros, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos, nos unamos en el Espíritu Santo y mostremos la verdadera belleza de la Iglesia Católica que Cristo fundó.

 

El diablo quiere que señalemos y culpemos. Él quiere que dejemos la Iglesia y nos dispersemos. Jesús vino para que podamos ser uno. Jesucristo estableció a la Iglesia como Su Esposa e instrumento de salvación para el mundo. No dejamos de ir a la escuela si un maestro ha abusado de un niño. No dejamos de enviar niños a actividades deportivas porque un entrenador ha abusado de un niño. No deberíamos dejar de ir a la iglesia porque un sacerdote ha abusado de un niño. Sí, necesitamos proteger a nuestros hijos a cualquier precio. Necesitamos unirnos y luchar en esta batalla espiritual con fe, esperanza y amor. Vi un video de sobre el Papa San Juan Pablo II donde nos dice que el amor siempre vence y Cristo venció en la cruz. Dejo el link al final de la reflexión*. La unión con Cristo nos hace crecer en el amor y mantener joven nuestro corazón y deseo de ser cada día mejores, porque somos la esperanza de la Iglesia debemos regresar a Cristo y buscarlo, mirarlo, unirnos a Él y vivir en Él.

 

 

Hoy Jesús recalca tres cosas: la primera y más evidente es la hipocresía, que se sintetiza en la frase: «todo lo hacen para que los vea la gente.»

 

Lo segundo es la opresión al pobre, expresado en aquello: «lían cargas insoportables.» De fondo esta opresión es una desfiguración de la ley, que en principio debería servir para traer vida.

 

Lo tercero es la incoherencia, según la recomendación «hagan lo que dicen pero no lo que hacen.» Tal consejo contiene implícito el dolor por una vida que tiene suficiente verdad para pronunciar pero muy poca verdad para vivir.

 

Cada uno de nosotros está llamado a practicar lo que predicamos.

 

¿Exijo y espero que otros hagan lo que no estoy haciendo yo mismo?
¿La gente me ve como un humilde servidor de Dios, o una persona arrogante?
¿Soy una persona íntegra,  es decir, practico lo que predico?

 

Señor, hoy con humildad te pido que me ayudes a ser un verdadero siervo-líder cristiano. Dame la gracia de abrirte mi corazón y ser una persona íntegra, que mis acciones y palabras guíen a otros hacia ti. Ayúdame a poner los intereses de los demás antes que los míos para que te amé en cada persona y momento de mi vida. Que mi deseo más profundo sea de entregarte totalmente mi vida y buscar la santidad, para que pueda construir tu Reino aquí en la tierra, comenzando hoy mismo en mi vida lo que debo cambiar. Que nunca le pida a otra persona que haga lo que yo mismo no estoy dispuesto a hacer. Señor, recuérdame que lejos de ti solo hay oscuridad y muerte. ¡Señor tengo sed de ti, de tus Palabras, de vida eterna, de tu Cuerpo y de tu Sangre, de tu misericordia, Sed de ser Verdaderamente Amado!

 

https://www.facebook.com/arzobispomty/videos/1265510356883547/UzpfSTEwMDAwMTQ4NjUwNjUwMToxOTM4NTc1MDM2MjAyMDI4/

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #97 San ?, Fundador de los Escolapios

 

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

Viernes XX del Tiempo Ordinario – Fiesta de San Bartolomé, Apóstol

Evangelio según san Juan 1, 45 – 51

En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José». Natanael replicó: «¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?» Felipe le contestó: «Ven y lo verás».

 

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: «Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez». Natanael le preguntó: «¿De dónde me conoces?» Jesús le respondió: «Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera». Respondió Natanael: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel». Jesús le contestó: «Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver». Después añadió: «Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

 

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Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto, cada día publicaré la vida de un santo y deberás de enviar tus respuestas del mes correspondiente al correo electrónico penriquegarcia@gmail.com del 1º  al 5 de cada mes.  Los resultados se publicaran el día 10 de cada mes.  ¿Aceptas el Reto de la Trivia de la Vida de los Santos? Para el mes de agosto la trivia de la vida de los santos del #73 al #103. ¡ESPERO SUS RESPUESTAS!

 

Celebramos la fiesta del Apóstol San Bartolomé. No sabemos mucho acerca de Bartolomé. Una antiquísima tradición identifica al apóstol San Bartolomé con el Natanael que aparece en el evangelio de hoy. Él es nombrado en los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) y en los Hechos de los Apóstoles como uno de los doce apóstoles. Por lo general se menciona en relación a Felipe.

 

Jesús dice a Natanael que lo ha reconocido cuando estaba bajo la higuera. Es una expresión que alude al modo típico de enseñar de los rabinos de la época. Era el estilo sencillo de los maestros judíos. Y lo grande de Bartolomé es que siendo maestro aceptó ser discípulo. No fue de aquellos que creen saber lo suficiente como para no aprender más. Es importante tener conocimientos pero no sirve de nada si uno no sabe cuánto ignora porque deja uno de aprender y la soberbia es nuestra perdición. La verdadera sabiduría empieza en aquella frase de profunda humildad de San Agustín: «¡Ay de mí, que ni siquiera sé cuánto ignoro!» Aquel que se hace una idea de su propia ignorancia nunca será tan maestro que se le olvide ser discípulo.

 

Es propio de quien ama la sabiduría ponerla en primer lugar, incluso por encima de sí mismo. Ahora bien, es un hecho que el orgullo trata de que nunca reconozcamos nuestras fallas, pecados o equivocaciones. Sin embargo, quien ama la sabiduría prefiere pasar por ignorante o pecador y no teme desdecirse, porque sabe que cada mentira desechada es una verdad conquistada.

 

También en esto es ejemplo Bartolomé, según el texto que hemos leído. Cuando al principio le hablaron del Mesías, este rabino tomó una actitud despectiva, fundada únicamente en sus conocimientos humanos; por ello preguntó con displicencia: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?» Luego se encontró con Jesús mismo y supo reconocer la grandeza de aquel que le saludaba. Contradiciendo su expresión previa ahora supo exclamar: «Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!» Un cambio notable que le dejaba en realidad humillado, por lo menos frente a Felipe que había presenciado la actitud primera.

 

Aprendamos de este ejemplo que no se alcanza la verdad sin la humildad y que no se llega a la sabiduría sino liberándose del pesado fardo del orgullo.

 

Otra cosa más que podemos aprender del pasaje de hoy es que Jesús nos conoce muy bien. Jesús sabía que «no había duplicidad en él.» Jesús nos conoce mejor que nosotros mismos, porque es Dios y conoce lo que hay en nuestro corazón, nuestros anhelos, deseos y necesidades. Él ve en nuestros corazones y sabe lo que estamos pensando y sintiendo. Jesús conoce nuestros pensamientos más íntimos por ello debemos de evitar una doble vida (duplicidad), porque puede ser aterrador pensar que el Señor conozca todo sobre nosotros y engañarnos a nosotros mismos para justificar nuestras acciones pecaminosas.

 

¿Alguna vez has tratado de justificar tu vida de pecado? El remedio es la oración en silencio y meditar las Sagradas Escrituras porque ahí Dios nos habla lo que debemos cambiar en nuestra vida. Además, de la Confesión y la Dirección Espiritual porque nos llevan a conocer las profundidades de nuestra alma y reconocer que somos pecadores y traer a la Luz del Espíritu Santo nuestras faltas y heridas para que sean sanadas. Recomiendo la adoración ante el Santísimo Sacramento porque frente a Él y en el silencio, nos dejamos transformar como lo hizo Bartolomé. Cuando hago mi visita a Jesús sacramentado todos los días es cuando mi vida cambia. En nuestra vida necesitamos tener amigos que nos ayuden a ser mejores y no cómplices que nos solapen nuestros errores y pecados.

 

Al entrar al seminario, en mi primer año me mandaron de apostolado a la Parroquia de San Agustín Acolman, en el Estado de México y atendía varias comunidades, unas de ellas eran San Marcos Nepantla, San Juan Bautista y San Bartolo (Bartolomé). En esta última tuve una experiencia increíble que les voy a contar a continuación. Yo rezaba el santo Rosario a las 5:00 am en la capilla con micrófono en mano y sucedió que un día no servía el aparto de sonido y esa misma mañana recibí muchas cartas pero recuerdo una en particular que tenía una nota donde una persona me decía: “Por favor seminarista,  no deje de rezar el Santo Rosario en voz alta porque cuando usted lo reza, yo lo escucho y también lo rezo mientras ordeño mis vacas.”

 

Me quede sorprendido porque pensaba que solamente las personas que estaban en la Iglesia me acompañaban a rezarlo pero en realidad gran parte del pueblo lo hacía y desde entonces me gusta rezarlo en voz alta para que otros también lo recen. Allí también aprendí que san Bartolomé vio a Jesús, se dejó transformar por Él, proclamó su señorío («tú eres el Hijo de Dios»), se hizo su discípulo, y lo siguió hasta dar la vida por Él. Siempre pido al Señor por las comunidades donde he estado y las consagro a María Santísima de Guadalupe para que seamos fieles discípulos y apóstoles del Señor.

 

¿Lo que he aprendido y sé me ayuda a ser más humilde y santo?

¿Qué me está atando o esclavizando a  vivir una vida de duplicidad o engañosa?

¿Qué medios debo de utilizar para tener una vida más integra y vivir como Dios quiere?

 

Señor, Tú sabes todo lo que hay en mi corazón porque Tú me conoces mejor que yo a mí mismo. Tú me has formado en el vientre de mi madre a tu imagen y semejanza para ser profeta de las naciones. Me conoces cuando me acuesto y cuando me levanto. Sí Señor, he caído y soy un pecador y necesito tu gracia y tu amor porque sigo siendo tu hijo amado y sin ti nada puedo. Ayúdame a traer todas mis heridas a Tu luz porque Tú deseas amarme y sanarme. Jesús, como San Bartolomé yo confío en ti. Ayúdame a reconocerte en cada momento de mi vida y ayúdame a seguirte a donde sea que me lleves haciendo siempre tu voluntad.

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #96 Santa

 

Nuestra Santa de la Trivia del día de hoy, nació en 1797 a Gaillac (Francia).  En 1810 queda huérfana de madre. Recibe la primera comunión a los 13 años en la capilla del convento en donde se educa, La Congregación de Nuestra Señora fundada en el siglo XVIII. En la adolescencia se aleja del Señor pero en su juventud tiene un encuetro con el Señor y lo describe así:

«Un día, estando sola en la habitación, fui como transportada en Dios. De súbito me sentí dominada, casi deslumbrada, por una luz brillante que me envolvía. Pareció me que ésta venía del cielo, y allá dirigí mis ojos, poniéndome de rodillas. Esto duró sólo unos instantes, si bien el gran arrobamiento que me produjo este toque de la gracia no me hizo perder en absoluto el uso de mis facultades. El favor señalado que el Señor me concedió me impulsó a tomar la resolución de pertenecerle a Él enteramente…»

En el 1832 fundó en su ciudad, una Congregación misionera: las hermanas de San José de la Aparición. Este nombre evoca la aparición del Ángel a San José, relatada en Mt 1, 20-24. Las hermanas de esta Congregación se esfuerzan, como San José, de contribuir a la realización del Plan salvador de Dios para la humanidad, testimoniando que Dios ha amado tanto al mundo que le ha entregado a su propio Hijo.

En 1835 llega al puerto de Argel «la ciudad blanca»  junto con otras 3 religiosas de su congregación naciente, para desplegar ante las gentes mahometanas del África «todas las formas de la caridad.»  Murió en Marsella en 1856, y fue canonizada en 1951.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

 

 

 

Jueves XX del Tiempo Ordinario

Evangelio según san Mateo 22, 1 – 14

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

 

«El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

 

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

 

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

 

Luego les dijo a sus criados: ‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

 

Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?’ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos».

 

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Hoy continuamos la lectura del libro del profeta Ezequiel (36, 23-28),  el cual hemos estado leyendo durante la Misa por más de una semana. A través del profeta Ezequiel, Dios ha estado hablando fuertemente en contra de las personas que se han alejado del Señor, por lo tanto, de su amor y sus mandamientos y por ello le han dado la espalda a Dios primero en su corazón y después con sus acciones. Toma mucho tiempo llegar al punto desde el que nos habla el profeta Ezequiel el día de hoy. Toma tiempo descubrir que la raíz de los problemas no está «afuera» sino «adentro de nosotros mismos.»

 

El problema está «adentro de nosotros mismos,» cuando nuestros principios, valores, deseos, nuestras intenciones y acciones no se fundamentan en nuestra relación con Dios, es decir, no dejamos que su amor transforme nuestras vidas porque no le dedicamos el suficiente tiempo para que a través de la oración y estudiar su Palabra transforme nuestras vidas.  Solamente abriéndole nuestro corazón y dejando que nos transforme desde adentro alcanzaremos eso maravilloso que es la sinceridad, la imposibilidad de mentirnos a nosotros mismos, de ser íntegros y coherentes con el amor del Amado. Ese «adentro» la Biblia lo llama «corazón,» y la promesa grande es que Dios puede darnos un nuevo corazón. Bienaventurado quien crea tal promesa y confía en Dios poniendo en práctica su Palabra y dejando que lo transforme con su Santo Espíritu a través de los sacramentos.

 

Vemos que en el Pueblo de Israel como en todos los pueblos los líderes no han sido buenos pastores y su pueblo ha adorado a otros dioses, eso es porque se les ha olvidado que son servidores y administradores de los bienes que Dios les ha confiado. Debería todo el mundo ser castigado por su infidelidad (líderes por no ser buenos pastores y pueblo por no ser fieles al Señor), pero vemos que Dios nos muestra siempre su amor, su perdón, su ternura y su misericordia. Dios es Padre y ama sus hijos.
Dios nos dice en su Palabra el día de  hoy: «Voy a rociarte con agua pura para limpiarte de todas tus impurezas, y de todos sus ídolos los limpiaré.» A través de nuestro bautismo nos convertimos en hijos e hijas de Dios Padre, somos limpiados del pecado original y cualquier pecado personal que hayamos cometido. Dios nos hace nuevos. Aunque Dios sabía que pecaríamos después de nuestro bautismo, por eso, Él nos dio la medicina, es decir, el Sacramento de la Reconciliación para limpiarnos de nuestros pecados. Estoy leyendo la Exhortación Apostólica “Gaudete Et Exsultate” del Papa Francisco “Sobre el llamado a la Santidad en el Mundo Actual” y de verdad que esta hermosa y me encanta porque es fácil de leer y entender, con mucha sabiduría, gran sentido del humor y profundidad el Papa nos habla como Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para crecer en santidad y permanecer conectados a Dios y dar frutos de amor, ser sal de la tierra y luz del mundo, ser auténticos discípulos y apóstoles del Señor. Le recomiendo que empiecen a leerla. ¡Les va encantar! Al final de la reflexión dejo el link * para que puedan acceder gratuitamente y la lean.


«Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.» Pertenecemos a Dios como sus amados hijos e hijas. Esto nos debe dar una gran paz y confianza porque nos ama con amor eterno (Jer 31, 3), nos conoce desde el vientre materno y nos ama (Is 49, 5 y Salmo 22,10). ¡No tengas miedo! Acércate hoy al Señor con la confianza a su amor y a su misericordia. Él quiere amarte, darte un corazón nuevo, sanarte y que seas plenamente feliz, que tengas vida y vida en abundancia.

 

Hoy en el Evangelio, “volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo” sobre el Reino de los cielos que es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Lo más común es que en los banquetes haya más personas que alimentos; eso es lo más frecuente y a veces no alcance la comida. Sin embargo, en el pasaje de hoy se presenta una situación inversa: esta vez el banquete está listo y los invitados no quieren ir. Y Jesús dice que el Reino de los Cielos se parece a esa situación. ¿Por qué?

 

Una pista para la respuesta es hacernos esta otra pregunta: ¿realmente le aceptamos las invitaciones a Dios? Pensemos nada más en la Biblia. ¿Cuántas biblias envejecen repletas de polvo en casas de familias que se dicen católicas? A veces lo mismo sucede con los sagrarios de nuestras iglesias. ¿No es verdad que nuestro Jesús Sacramentado recibe muy, muy pocas visitas? ¿Los confesionarios están a veces vacíos? Ahí está Jesús; ahí nos aguarda, y sin embargo su invitación cae en el vacío.

 

La invitación de Dios nos desconcierta a menudo. Nos dice que está escondido en las ropas de los pobres y que quiere ser visitado en la persona de los encarcelados. Tal vez el problema está en que nuestros ojos no alcanzan a distinguir su presencia y la cobardía de nuestra humanidad retrocede ante un olor desagradable o ante una historia deprimente. Así rechazamos muchísimas invitaciones que venían de parte de Dios.

 

Esto podría explicar la parte de la parábola de hoy que se refiere a la invitación extrema: «Salgan ahora a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren.» La sala se llenó de toda clase de gente. Ese hecho podría referirse a ese punto en que se rompen los criterios de delicadeza y de pronto entendemos que todos los que van por el camino, incluyendo al que huele mal y al que tiene una historia bien triste, todos pertenecemos básicamente a un mismo mundo, a una misma raza, y estamos marcados por una misma necesidad de salvación. Todos necesitamos saciar nuestra hambre de felicidad plena, es decir, de Dios, de vivir en su gracia y ser para lo que fuimos llamados: ¡SER SANTOS!

 

¿Le has permitido a Dios entrar en tu corazón y en cada espacio de tu vida?

¿Cómo le has dado la espalda a Dios y has preferido otras cosas o personas?

¿Qué tengo que sanar y perdonar? ¿A quién tengo que perdonar?

¿Confío en que soy un(a) hijo(a) amado de Dios Padre?

¿Has respondido a su invitación de comer con Él o la has rechazado prefiriendo el pecado?

 

** Link de la exhortación Apostólica “Gaudete et Exsultate” del Papa Francisco:

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.pdf

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #95 Santa

 

Nació en Lima, Perú, en 1586. Es la primera Santa canonizada del Nuevo Mundo (América). Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el Arzobispo de Lima, Santo Toribio.

 

Nuestra santa de la trivia del día de hoy tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

 

Ingresó a la tercera Orden de Santo Domingo y a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa. Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos y era una especie de corona de espinas. Su amor por el Señor era tanto, que cuando hablaba de Él cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la Santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.

 

Lo más admirable en nuestra santa de la trivia del día de hoy, fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los Santos, ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en lo que haga.

 

Ella murió el 24 de agosto de 1617 a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

 

Si quieres aprender más de ella:

https://www.dominicos.org/quienes-somos/grandes-figuras/santos/santa-rosa-de-lima/

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde

Miércoles XX Tiempo Ordinario – Memoria de Nuestra Señora María Reina

Evangelio según san Mateo 20, 1 – 16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

 

Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?’ Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. El les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.

 

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

 

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor’.

 

Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’

 

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos».

 

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Hoy la Iglesia honra a la Virgen María como Reina de cielos y tierra. Hace una semana celebramos su asunción  a los cielos, ahora es apropiado que celebremos su realeza. Su prima santa Isabel llama a María, «la madre de mi Señor» (Lucas 1, 43). María es la madre de Jesús, quien es el Rey del Universo. Así, María es la Reina del cielo y de la tierra. Desde la cruz, Jesús confió a Juan a María y María a Juan. En ese momento Juan nos representó a cada uno de nosotros como discípulos amados del Señor, así que podemos reclamar a María como nuestra Madre también. Su función es escuchar las peticiones de sus hijos y susurrarlas a los oídos de su Hijo (Ver 1 Reyes 2 – papel de Betsabé con el Rey Salomón)

 

El documento que instituyó la memoria de María, Reina del Universo es la Constitución apostólica de S.S. Pío XII sobre la realeza de María, del 11 de octubre de 1954. Esta Constitución suele nombrarse por sus primeras palabras en latín: «Ad Caeli Reginam». El texto que sigue es de Pío XII, en los números del 13 al 19 del original, aunque aquí seguimos nuestra numeración usual.

 

  1. La madre del Creador

 

1.1 El argumento principal, en que se funda la dignidad real de María, evidente ya en los textos de la tradición antigua y en la sagrada Liturgia, es indudablemente su divina maternidad. De hecho, en las Sagradas Escrituras se afirma del Hijo que la Virgen dará a luz: Será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob eternamente, y su reino no tendrá fin; y, además, María es proclamada Madre del Señor. Síguese de ello lógicamente que Ella misma es Reina, pues ha dado vida a un Hijo que, ya en el instante mismo de su concepción, aun como hombre, era Rey y Señor de todas las cosas, por la unión hipostática de la naturaleza humana con el Verbo.

 

1.2 San Juan Damasceno escribe, por lo tanto, con todo derecho: Verdaderamente se convirtió en Señora de toda la creación, desde que llegó a ser Madre del Creador; e igualmente puede afirmarse que fue el mismo arcángel Gabriel el primero que anunció con palabras celestiales la dignidad regia de María.

 

  1. María en el plan de salvación

 

2.1 Mas la Beatísima Virgen ha de ser proclamada Reina no tan sólo por su divina maternidad, sino también en razón de la parte singular que por voluntad de Dios tuvo en la obra de nuestra eterna salvación.

 

2.2 ¿Qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave -como escribía Nuestro Predecesor, de feliz memoria, Pío XI- que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista adquirido a costa de la Redención? Ojalá que todos los hombres, harto olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador; «Fuisteis rescatados, no con oro o plata,… sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un Cordero inmaculado». No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo «por precio grande» nos ha comprado.

 

2.3 Ahora bien, en el cumplimiento de la obra de la Redención, María Santísima estuvo, en verdad, estrechamente asociada a Cristo; y por ello justamente canta la Sagrada Liturgia: Dolorida junto a la cruz de nuestro Señor Jesucristo estaba Santa María, Reina del cielo y de la tierra.

 

2.4 Y la razón es que, como ya en la Edad Media escribió un piadosísimo discípulo de San Anselmo: Así como… Dios, al crear todas las cosas con su poder, es Padre y Señor de todo, así María, al reparar con sus méritos las cosas todas, es Madre y Señora de todo: Dios es el Señor de todas las cosas, porque las ha constituido en su propia naturaleza con su mandato, y María es la Señora de todas las cosas, al devolverlas a su original dignidad mediante la gracia que Ella mereció. La razón es que, así como Cristo por el título particular de la Redención es nuestro Señor y nuestro Rey, así también la Bienaventurada Virgen [es nuestra Señora y Reina] por su singular concurso prestado a nuestra redención, ya suministrando su sustancia, ya ofreciéndolo voluntariamente por nosotros, ya deseando, pidiendo y procurando para cada uno nuestra salvación.

 

  1. Un argumento teológico

 

3.1 Dadas estas premisas, puede argumentarse así: Si María, en la obra de la salvación espiritual, por voluntad de Dios fue asociada a Cristo Jesús, principio de la misma salvación, y ello en manera semejante a la en que Eva fue asociada a Adán, principio de la misma muerte, por lo cual puede afirmarse que nuestra redención se cumplió según una cierta «recapitulación», por la que el género humano, sometido a la muerte por causa de una virgen, se salva también por medio de una virgen; si, además, puede decirse que esta gloriosísima Señora fue escogida para Madre de Cristo precisamente para estar asociada a El en la redención del género humano «y si realmente fue Ella, la que, libre de toda mancha personal y original, unida siempre estrechísimamente con su Hijo, lo ofreció como nueva Eva al Eterno Padre en el Gólgota, juntamente con el holocausto de sus derechos maternos y de su maternal amor, por todos los hijos de Adán manchados con su deplorable pecado»; se podrá de todo ello legítimamente concluir que, así como Cristo, el nuevo Adán, es nuestro Rey no sólo por ser Hijo de Dios, sino también por ser nuestro Redentor, así, según una cierta analogía, puede igualmente afirmarse que la Beatísima Virgen es Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también por haber sido asociada cual nueva Eva al nuevo Adán.

 

3.2 Y, aunque es cierto que en sentido estricto, propio y absoluto, tan sólo Jesucristo -Dios y hombre- es Rey, también María, ya como Madre de Cristo Dios, ya como asociada a la obra del Divino Redentor, así en la lucha con los enemigos como en el triunfo logrado sobre todos ellos, participa de la dignidad real de Aquél, siquiera en manera limitada y analógica. De hecho, de esta unión con Cristo Rey se deriva para Ella sublimidad tan espléndida que supera a la excelencia de todas las cosas creadas: de esta misma unión con Cristo nace aquel regio poder con que ella puede dispensar los tesoros del Reino del Divino Redentor; finalmente, en la misma unión con Cristo tiene su origen la inagotable eficacia de su maternal intercesión junto al Hijo y junto al Padre.

 

3.3 No hay, por lo tanto, duda alguna de que María Santísima supera en dignidad a todas las criaturas, y que, después de su Hijo, tiene la primacía sobre todas ellas. Tú finalmente -canta San Sofronio- has superado en mucho a toda criatura… ¿Qué puede existir más sublime que tal alegría, oh Virgen Madre? ¿Qué puede existir más elevado que tal gracia, que Tú sola has recibido por voluntad divina?. Alabanza, en la que aun va más allá San Germán: Tu honrosa dignidad te coloca por encima de toda la creación: Tu excelencia te hace superior aun a los mismos ángeles. Y San Juan Damasceno llega a escribir esta expresión: Infinita es la diferencia entre los siervos de Dios y su Madre.

 

  1. Reina en el orden de la gracia

 

4.1 Para ayudarnos a comprender la sublime dignidad que la Madre de Dios ha alcanzado por encima de las criaturas todas, hemos de pensar bien que la Santísima Virgen, ya desde el primer instante de su concepción, fue colmada por abundancia tal de gracias que superó a la gracia de todos los Santos.

 

4.2 Por ello -como escribió Nuestro Predecesor Pío IX, de feliz memoria, en su Bula- Dios inefable ha enriquecido a María con tan gran munificencia con la abundancia de sus dones celestiales, sacados del tesoro de la divinidad, muy por encima de los Ángeles y de todos los Santos, que Ella, completamente inmune de toda mancha de pecado, en toda su belleza y perfección, tuvo tal plenitud de inocencia y de santidad que no se puede pensar otra más grande fuera de Dios y que nadie, sino sólo Dios, jamás llegará a comprender.

 

4.3 Además, la Bienaventurada Virgen no tan sólo ha tenido, después de Cristo, el supremo grado de la excelencia y de la perfección, sino también una participación de aquel influjo por el que su Hijo y Redentor nuestro se dice justamente que reina en la mente y en la voluntad de los hombres. Si, de hecho, el Verbo opera milagros e infunde la gracia por medio de la humanidad que ha asumido, si se sirve de los sacramentos, y de sus Santos, como de instrumentos para salvar las almas, ¿cómo no servirse del oficio y de la obra de su santísima Madre para distribuirnos los frutos de la Redención?

 

4.4 Con ánimo verdaderamente maternal -así dice el mismo Predecesor Nuestro, Pío IX, de ilustre memoria- al tener en sus manos el negocio de nuestra salvación, Ella se preocupa de todo el género humano, pues está constituida por el Señor Reina del cielo y de la tierra y está exaltada sobre los coros todos de los Ángeles y sobre los grados todos de los Santos en el cielo, estando a la diestra de su unigénito Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, con sus maternales súplicas impetra eficacísimamente, obtiene cuanto pide, y no puede no ser escuchada.

 

4.5 A este propósito, otro Predecesor Nuestro, de feliz memoria, León XIII, declaró que a la Bienaventurada Virgen María le ha sido concedido un poder casi inmenso en la distribución de las gracias; y San Pío X añade que María cumple este oficio suyo como por derecho materno.

 

  1. Vivir esta verdad de nuestra fe

 

5.1 Gloríense, por lo tanto, todos los cristianos de estar sometidos al imperio de la Virgen Madre de Dios, la cual, a la par que goza de regio poder, arde en amor maternal.

 

5.2 Mas, en estas y en otras cuestiones tocantes a la Bienaventurada Virgen, tanto los Teólogos como los predicadores de la divina palabra tengan buen cuidado de evitar ciertas desviaciones, para no caer en un doble error; esto es, guárdense de las opiniones faltas de fundamento y que con expresiones exageradas sobrepasan los límites de la verdad; mas, de otra parte, eviten también cierta excesiva estrechez de mente al considerar esta singular, sublime y -más aún- casi divina dignidad de la Madre de Dios, que el Doctor Angélico nos enseña que se ha de ponderar en razón del bien infinito, que es Dios.

 

5.3 Por lo demás, en este como en otros puntos de la doctrina católica, la «norma próxima y universal de la verdad» es para todos el Magisterio, vivo, que Cristo ha constituido «también para declarar lo que en el depósito de la fe no se contiene sino oscura y como implícitamente».

 

5.4 De los monumentos de la antigüedad cristiana, de las plegarias de la liturgia, de la innata devoción del pueblo cristiano, de las obras de arte, de todas partes hemos recogido expresiones y acentos, según los cuales la Virgen Madre de Dios sobresale por su dignidad real; y también hemos mostrado cómo las razones, que la Sagrada Teología ha deducido del tesoro de la fe divina, confirman plenamente esta verdad. De tantos testimonios reunidos se entre forma un concierto, cuyos ecos resuenan en la máxima amplitud, para celebrar la alta excelencia de la dignidad real de la Madre de Dios y de los hombres, que ha sido exaltada a los reinos celestiales, por encima de los coros angélicos.

 

En el Evangelio Jesús a través de las parábolas nos hace pensar. Esta historia del propietario y de los obreros tiene muchos puntos de reflexión maravillosos:

A)      Dios es el propietario que busca emplear a personas que trabajen en su viña. En otras palabras, el Señor nos busca y nos invita a colaborar en su obra de amor. Él quiere la salvación para todos nosotros. Todos tenemos trabajo por hacer en el reino y Dios quiere que seamos participantes activos.  El Señor nos invita a «trabajar» para Él y el Reino y nos da la libertad de decir «sí» o «no».

 

B)      Algunas personas nunca han sido invitadas a trabajar en su reino. Cuando se les preguntó por qué estaban sin hacer nada, dijeron «Porque nadie nos ha contratado». Necesitamos llamar e invitar a los demás a trabajar en su reino y cada uno de nosotros a su manera está llamado a participar en el ministerio de evangelización, es decir, a ser discípulos del Señor y hacer discípulos para el Señor. Mi objetivo como sacerdote y superior en el seminario es que todos se conviertan en verdaderos discípulos de Jesús, llenos del Espíritu Santo y prendidos con la Buena Nueva, hasta el punto de desear compartirlo con los demás porque no lo pueden contener en su corazón.

 

C)      Dios es generoso con el pago, su gracia. El propietario generosamente dio a todos los que aceptaron su invitación el salario del día completo, que representa la vida eterna. No importa si trabajaban todo el día o si solo trabajan una hora. Algunos de nosotros respondemos con un «sí» continuo durante toda nuestra vida. Algunos responden mucho más tarde en la vida, incluso en su lecho de muerte. Pero para Dios nunca es demasiado tarde. ¡La clave es responder en el momento en que nos invite con un «sí» sostenido!

 

D)      Dios quiere eliminar y purificar nuestros celos. Los que trabajaron todo el día se ofendieron que el propietario le dio a los que llegaron tarde el mismo salario. ¡No es justo! Sin embargo, los caminos de Dios están mucho más allá de nuestros caminos. Cuando se trata del cielo, a todos se nos ofrece lo mismo. No estamos en una competencia por quien llega primero al cielo; estamos en el mismo camino y la meta es que lleguemos a la casa del Padre. Su oferta de gracia es infinita para cada uno de nosotros. No debe importarnos cuando otros aceptan la oferta de Dios – tarde o temprano – porque cuando estemos con Dios todos gozaremos de su presencia y gloria. Regocijémonos si alguien llega a conocer a Jesús en el último momento de su vida en la tierra, así como nos alegramos si alguien conoce a Jesús desde niño.

 

E)    Jesús reitera que «los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros». Esto debería hacernos pensar cómo nos comparamos con los demás. ¿Trato de ser mejor que todos los demás? ¿Compito tratando de brillar más que otros? Todos somos Sus hijos e hijas y Él quiere prodigar Su amor sobre todos nosotros.

 

¿He aceptado la invitación del Señor de trabajar en su Reino?

 

Mi oración tiene que ser cada día:

“Señor Jesús, gracias por ser tan bueno y amarme como lo haces. ¡Ayúdame a responder a tu invitación con un rotundo «SÍ» como lo hizo tu bendita Madre! Ayúdame a enfocar mi vida, mi tiempo, mi corazón y todo lo que hago y tengo en ti y no ser distraído por todas las cosas que este mundo ofrece. Yo deseo la FELICIDAD y la VIDA ETERNA contigo y todo lo que me ofreces. Quiero que todos vengan a conocerte y experimenten tu paz, amor y presencia. Ayúdame a trabajar fielmente e incansablemente para ti, Señor. Que San Juan Bosco y San Juan Pablo II me ayuden a ser fiel a mi vocación. Gracias Señor Jesús, por todas las personas que me sostienen con sus oraciones, sacrificios, ofrecimiento de obras y sobre todo me motivan con su testimonio y santidad. Bendícelos a ellos y cada uno de los miembros de su familia. Dame la fuerza para dar mi vida por cda uno de ellos.

 

Reto Trivia Vida de los Santos del mes de agosto. #94

 

Este ilustre francés vino al mundo en la populosa e industrial ciudad de Lyon en el 430 y murió Clermont-Ferrand (Puy-de-Dôme) en el 480.  Tuvo, pues, 37 años para llenar su vida de aventuras en las que estuvo siempre presente el amado Cristo.  Este joven había alcanzado toda la fama que se puede desear en la vida. Se casó con la hija del emperador Avito. En aquellos tiempos la sucesión de los emperadores era rápida.

 

En el 456 hizo el elogio de su suegro Avito en el Senado. Y así tuvo que realizarlo por varias veces.  El último del que hizo el panegírico fue asesinado. Fue entonces cuando se retiró a Auvergne a vivir tranquilo con su mujer y sus dos hijos. Se distraía con la caza y la pesca y escribiendo poemas y cartas.  Fueron los cinco años más felices de su vida.  Todo, sin embargo, iba a cambiar para él cuando los Visigodos invadieron las fronteras y asaltaron Clermont-Ferrand.

 

Durante este tiempo, fue nombrado gobernador y obispo. Animó a los ciudadanos a que aguantaran el asedio y que nunca se rindieran.  Hasta entonces no supo lo que era pasar hambre. Sin embargo, llevado de su celo apostólico como obispo, fue un ejemplo para todos.  Luchó con todas sus fuerzas para mantener a su pueblo alejado de las herejías que traían los invasores.

 

Su amor por los pobres le llevaba hasta entregarle sus propios muebles y su vajilla.  La tristeza y la añoranza les hicieron morir de forma prematura.

Se dice que fue uno de los mejores escritores de su tiempo.

 

¡Lee la Biblia, confía en la misericordia de Dios y tu vida se transformará!

 

En Cristo y Santa María de Guadalupe

 

Padre Enrique García Elizalde